domingo, 25 de enero de 2015

¿El último de Perico o el primero de Induráin?



El de 1990, un Tour en el que 2 Españoles, ídolos de masas ambos, tuvieron muchas posibilidades de ganar la carrera pero ninguno subió al podium.

 El líder del Banesto (Y favorito a la victoria final) era Pedro Delgado, tras 3 años en el pódium, 87: 2º, 88: 1º, 89: 3º. Nadie dudaba de su liderazgo, pero en su mismo equipo estaba el que estaba destinado a ser su heredero, Miguel Indurain. Muchos eran los que decían que el Navarro iba a ser de los protagonistas de la nueva década en el Ciclismo, tras ganar el Critérium Internacional y 2 veces la París-Niza, aunque no había dado el rendimiento esperado en la reciente Vuelta a España, en la que tuvo que ser Delgado el que al final tuviera que ser el líder del equipo Banesto y salvar el honor del equipo quedando segundo tras Giovanetti. Tal vez por eso, sus directores decidieron llevar un único líder y no pensar en Indurain como posible vencedor. 

 El resto de favoritos eran Greg Lemond, Laurent Fignon, Gianni Bugno, Raúl Alcalá, Jean Francois Bernard, Erik Breukink, Stephen Roche, entre otros. 

 La carrera empezó con un prólogo en Futuroscope al que le seguía una doble jornada con una etapa en línea por la mañana y una contrarreloj por equipos por la tarde. 


Lemond en el prólogo de Futuroscope, con su manillar de Triatlón. 
Obsérvese que lleva las manetas al revés. 

 Y ese primer sector traería cola, ese Tour es recordado porque el pelotón permitió una escapada de 4 corredores que llegaron con más de 10 minutos de diferencia, tal vez queriendo guardar fuerzas para la contrarreloj por equipos del 2º sector. Eso no sería grave si no fuera porque 3 de esos corredores, con esa renta, tendrían a partir de entonces muy serias opciones de ganar el Tour: Bauer, Pensec y Chiappucci. Sólo Stephen Roche intentó unir a los equipos importantes, proponiendo poner a tirar a 2 hombres por equipo, cosa que le negaron. La carrera se ponía muy cuesta arriba para muchos de los favoritos, a los que les sería muy difícil recuperar ese tiempo. 


Bauer, Chiappucci, Pensec y Maasen, ganador de la etapa de la fuga permitida que marcó este Tour.

 En la contrarreloj por equipos, el ONCE queda 3º, y el Banesto pierde poco más de 1 minuto con el Z, pero casi 2 con PDM. 
 Pasaron unos días en los que Delgado no estuvo atento a los cortes, con algunos despistes, caídas y perdiendo segundos con Lemond. No había llegado tarde al prólogo, pero en este Tour se le iba a ver un tanto descentrado en momentos clave. 
 En la primera contrarreloj larga, Indurain hace 2º, y Delgado, 4º, que incluso quedaba por delante de Lemond. En la general, entre ellos 3 había menos de 2 minutos, con toda la montaña por delante. Pero claro, había que seguir recortando tiempo a los de la escapada permitida. 

Induráin en la primera crono larga.

 3 días después, en la primera etapa de los Alpes, con final en Saint Gervais-Mont Blanc, Delgado ataca a 4 km. del final para recortar 19 segundos a los favoritos, pero se lleva a su rueda a Pensec, que se pone de amarillo. 




Se ve de nuevo al Delgado de los mejores momentos, y se despejan las dudas de que parecía que venía corto de preparación y se empieza a soñar con la victoria del Segoviano en París, ya que queda aún toda la montaña. De momento, al día siguiente se llegaba a Alpe d´Huez, tras pasar por Madeleine y Glandon. Una etapa reina en toda regla. Se esperaba un ataque no ya de Delgado, sino del equipo Banesto, ya que tenían equipo para poder hacer una buena táctica. 





 Pero no salió como se esperaba. Casi de salida, se escapan Marino Alonso y  Martínez Oliver, ambos de Banesto, Indurain se escapa al final de la Madeleine y en el descenso enlaza con Claveyrolat, que marchaba escapado. En el Glandon, le deja ir, esperando el ataque de su compañero de equipo, que se produce en la bajada y se lleva con él a Lemond y Bugno.  A 26 Km. de meta, por delante van Indurain, Delgado, Chozas, Bugno, Lemond y Claveyrolat. Indurain se vacía para su líder, manteniendo la ventaja frente a los PDM que tiraban por detrás hasta el pie del último puerto. Ahora le toca a Delgado. Todo va según lo previsto, hasta ahí.




 Impone el ritmo desde el principio de la subida, nadie le da un sólo relevo, pero no iba igual de bien que el día anterior, pero tal vez acusando el cansancio de la fuga, no puede dejar de rueda a Lemond y Bugno. Hace todo el gasto de la subida, durante 12 Km. hasta cuando, a falta de 3, sus fuerzas le abandonan. Es rebasado por Breukink, que alcanza a los de delante. 
 En meta, Bugno gana el sprint en el último momento a un Lemond que entra con demasiadas ganas en la última curva y casi se va al suelo.



 Delgado entra a 39 segundos, e Indurain a 11 minutos y 55 segundos. Lo que iba a ser un golpe de mano ha terminado por ser casi un descalabro. Poco después, Eusebio Unzué declaró en TVE que la idea era tener a Abelardo Rondón en Alpe d´Huez para marcar el ritmo a Perico y que éste atacase faltando 4 Km. Aún queda mucho Tour, pero se ha perdido una oportunidad de oro. 
 Pero al día siguiente, había una cronoescalada en Villard de Lans, cima talismán para Delgado, que había ganado en 1987 y en 1988 en una etapa muy similar, además yendo de amarillo. 
 Delgado queda 2º en la etapa, la cual posiblemente habría ganado de no ser por un problema mecánico a tan sólo 2 Km. de meta, al comienzo de la última subida. Tas coger un bache, la rueda lenticular trasera se descentró por completo y le iba rozando con las zapatas. Tuvo que cambiar la bicicleta, con la consiguiente pérdida de ritmo. 







Induráin hace una crono fantástica y se empieza a hablar de un tema del que se sigue debatiendo aún hoy: ¿Qué hubiera pasado si no se hubiera "quemado" al Navarro camino de Alpe d´Huez?

 La etapa la gana Breukink que entra en el grupo de los favoritos al triunfo final. Pensec sufre lo indecible, se le ve retorcerse en las rampas de Villard de Lans, pierde mucho tiempo y Chiappucci se viste de amarillo. Con lo que queda ya se piensa en la posibilidad de que pueda llegar de así a París, ya que tiene 6:55 sobre Breukink, Lemond a 7:27 y Delgado a 9:22. 





 Tras un día de descanso, en la etapa del macizo central que llegaba a Saint-Etiienne, Lemond provoca un corte en el que también entra Breukink. Delgado y Chiappucci se quedan atrás y comienza la persecución.




Induráin, que va con los de delante, se descuelga para ayudar a enlazar a su compañero de equipo, y vuelve a hacer un trabajo sensacional para que sólo pierda 30 segundos en meta respecto al ganador, Eduardo Chozas (Induráin se deja caer al final y entra a 36") El que sufre un día realmente malo es Chiappucci que pierde 4:53 y ya tiene a Brukink a 2:02 y Lemond a 2:34. Eso, teniendo en cuenta que queda una contrarreloj de 45 Km. tal vez sea un tanto justo. Poco a poco, el último ganador de la montaña del Giro se está apartando de la victoria en París. 
 Tras esto, 2 etapas ganadas por Lejarreta y Mottet, en las que Chiappucci sigue perdiendo algunos segundos, etapas que sirven para ver 2 cosas importantes: Delgado va claramente a menos e Indurain es posiblemente el más fuerte de la carrera. Y ambas se iban a ver de verdad en los Pirineos, en la cima de Luz Ardiden.

 Chiappucci necesita más tiempo, y ataca muy lejos de meta, en el Aspin, y el resto le deja ir. Es un ataque de raza, de verdadero campeón, ya que aún falta el Tourmalet y la llegada a Luz Ardiden. 




Colabora con otros compañeros de escapada, entre ellos Miguel Ángel Martínez, el héroe de la jornada. Llega a tener una renta de 1:30 sobre el grupo, pero un ataque tan de lejos supone la gloria o perderlo todo, y es neutralizado al comienzo del último puerto, donde aún se pone a tirar para dejar definitivamente fuera a Breukink, que rueda a más de 4 minutos con Pensec, pero ataca Fabio Parra, Lemond responde y con él, Lejarreta, Conti, Philipot e Induráin. Chiappucci se queda atrás y también Delgado, del que después se sabrá que está enfermo, ya que tiene una gastroenteritis. Miguel Ángel Martínez sigue por delante y ya acaricia el triunfo de etapa.




Lemond ve la jugada y se pone a tirar a bloque para ganar el Tour, quedándose sólo con Lejarreta e Induráin. ¿Volverá a descolgarse Induráin para ayudar a su líder? Esta vez no, ahora es su momento y no lo va a desaprovechar. Va cómodo a rueda del campeón del mundo. Todo esto no beneficia en nada al escapado, que ve bajar cada vez más su renta con el grupo perseguidor.



 Y finalmente es cazado a 3 de meta por un trío del que tira Lemond como un poseso, ya que aunque no se vista aquí de amarillo, en la crono de Lac de Vassiviere es muy superior a Chiappucci, que pierde cada vez más tiempo. El que también pierde tiempo y todas sus opciones al triunfo final es Delgado, pero ese día no será malo para la afición Española.  


Delante se queda Lejarreta, sigue tirando Lemond, pero Induráin al entrar en la zona vallada se pone delante de él y cuando le ve flaquear mínimamente con sólo 2 pedaladas más fuertes le deja atrás, sin levantarse del sillín.  Asistimos a la confirmación de lo que cuentan los entendidos de medio mundo: Induráin es el corredor del futuro y está llamado a marcar una época, los hay que incluso se aventuran a vaticinar que será el próximo Eddy Merckx!



 Chiappucci pierde 2:19 con Lemond, y aguanta el maillot amarillo por tan sólo 5 segundos. Lemond tiene el Tour en el bolsillo. Delgado, aun tras pasar un mal día, está 3º, pero tiene a Breukink 4º a 7 segundos. De nuevo, como en 1987 y 1989, habrá que esperar a la última contrarreloj para saber cual va a ser la composición del podium. 

 Pero no hay que esperar a la crono para que Delgado quede apartado del cajón, ya que en la etapa 18, llegando a Burdeos, de nuevo otro despiste, en un error garrafal, al bajar al coche a por bidones, pierde 19 segundos con Breukink y Bugno. 

 Finalmente en la crono, gana Breukink, que afianza su 3º puesto, gran contrarreloj de Lejarreta, 3º que conserva su 5º puesto en la general, y por 4 segundos no le arrebata el puesto a Delgado, Induráin, 4º, y Chozas, que es 11º y adelanta un puesto a Bugno en la general para quedar definitivamente 6º.
 Lemond gana el Tour sin ganar ninguna etapa y llevando el amarillo en el prólogo y en París, no le hace falta más. 





 La general quedaba así:

1º Lemond.
2º Chiappucci, a 2:16.
3º Breukink, a 2:29
4º Delgado, a 5:01.
5º Lejarreta, a 5:05.
6º Chozas, a 9:14
7º Bugno, a 9:39
8º Alcalá, a 11:14.
9º Criquelion, a 12:04.
10º Induráin, a 12:47.

 En la clasificación por equipos, el equipo ONCE se queda tan sólo a 14 segundos de ganar, y de ser el primer equipo en ganar en las 3 grandes el mismo año. 

 Pedro Delgado bien podría atesorar un palmarés envidiable, porque entre el 87 y el 90 cualquier Tour hubiera podido ser suyo, pero debía dejar paso al campeón del futuro, un corredor que marca diferencias en las contrarreloj, y que además pasa la montaña con los mejores e incluso se permite a veces el lujo de distanciarles. 

 Si contamos con que Indurain llegó a París a 12:47 del ganador, teniendo en cuenta que perdió 11:55 en Alpe d´Huez tras vaciarse por Delgado, los 36 segundos perdidos en Saint-Etienne por lo mismo, mas ambas "palizas" 

¿Hubiera ganado el Tour de no ir supeditado a su líder?

 Si hubieran corrido de otra manera,  ¿Hubieran podido quedar ambos en el podium? 

 Nunca se sabrá a ciencia cierta, porque las circunstancias de carrera cambian totalmente, pero más que el 2º Tour de Delgado pudo ser el 1º de Indurain, posiblemente lo tuvo más cerca que en el 96 cuando su rendimiento bajó claramente. 

El 6º Tour que le falta a Induráin bien pudo ser el primero, en 1990.